Hoy es un día muy especial, hace 1 mes exactamente empecé con la experiencia de este Blog, y estoy feliz porque a través de él y por la maravilla de Internet tengo lectores de todo el mundo que se interesan por el bienestar no sólo del cuerpo sino también del alma. Incluyo una carta que he recibido en la que Alfonso quiere compartir lo que sintió durante una sesión de Reiki con los demás lectores.
Carta a mi Terapeuta
A principios de la semana pasada hable con mi amiga Luz María, estaba pasando por un mal momento, le conté un poco como estaba y le pedí que por favor me diera Reiki. Así que concertamos la hora para el sábado por la mañana en su acogedora casa, lo que no sabía era que me iba a perder en el camino , he de admitir que la RENFE, para mí es un asunto complicado, tal vez porque la primera experiencia que tuve en el tren no fue del todo agradable, así que como era de esperarse me perdí, (obviamente debido a mis propios miedos y el simple hecho de haber decretado mentalmente al salir de casa: ‘A ver qué me pasa hoy en la RENFE’) fue un camino accidentado, subí a un tren que iba en otra dirección y algún que otro contratiempo, durante el trayecto llame a Luz para comentarle que si prefería lo dejábamos para otro día (yo lo único que quería era irme a casa) pero ella insistió, aun teniendo compromisos familiares, hasta que por fin conseguí el tren y seguí rumbo a la estación para encontrarme con ella. Cuento todo lo anterior que no tiene nada que ver simplemente porque todo lo que me había pasado mereció la pena.
Nada más entrar a su casa se respira un aire de paz y tranquilidad, su perrita de agua nos recibió con mucho cariño y comenzamos con la sesión, estaba a punto de probar lo que con tanta pasión Luz María me comentaba, he de decir que aunque yo tengo muchos años metido en este mundo no sabía mucho de Reiki, así que con toda la ilusión del mundo y sin crearme ninguna expectativa me puse es sus manos. Al estar tumbado en la camilla y con solo tocarme me sentí conectado con una fuerza que no sé como describir, una paz se apodero de mí y me sentí: simplemente como en casa, experimente y viví momentos maravillosos junto a personas que hacía tiempo que no veía, mi experiencia fue un poco personal y mientras ella me ponía las manos yo percibía y sentía mucha paz, mucha tranquilidad, me había desconectado de este mundo y estaba escuchando la voz de mi niño interior, lo que más me llamo la atención fue que la veía a ella, abrazándome mientras yo lloraba desconsolado, creo que durante la sesión llore más de una vez y solo podía verla a ella, dándole consuelo a un niño que no paraba de llorar, lo curioso es cuando hablo con ella al terminar la sesión y me dice que vio un niño llorando desconsolado al que abrazaba y consolaba, la piel se me puso de gallina al escuchar que ella y yo habíamos compartido algo tan especial, en meditaciones anteriores había experimentado cosas parecidas, pero nunca compartidas con otra persona, también he de decir que Luz no es otra persona, en nunca mejor dicho una persona llena de Luz que con solo un ¡Hola! puede transmitirte tanta energía que puedes iluminar todo un pueblo.
Escribo estas líneas para agradecerte Luz que estas hay siempre que te necesito y que por muy mal día que tenga solo escucharte me hace sentir tan querido como en casa, ahora quiero aprender a dar Reiki ya que me pareció una experiencia nueva y única que quiero experimentar y hacer experimentar a los demás.
Gracias Luz
No hay comentarios:
Publicar un comentario